Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2013

"El 11 de septiembre, yo saltaba en la cama de su sonrisa :)

"El 11 de septiembre, yo saltaba en la cama de su sonrisa :) Saltaba en la cama de tu sonrisa gritando suspiros impacientes que salían jugueteando de la escuela que tus actos han construido en mi interior. Las nubes tapaban Madrid con un manto gris clarito y en mis pupilas tus caricias de siempre resbalaban recientes hasta los poros de mi piel como si mi cuerpo entero fuese un tobogán infinito que sube y que baja y que vuelve a subir y a bajar en un ciclo constante que empapa mis venas de una sonrisa perenne que huele a ti, que sabe a ti. Más tarde, en el metro, en ese laberinto de historias yo dejaba en sus raíles mi rutina como una gotita más en un océano de millones de gotitas particulares como la mía, como la tuya, como la del mundo esa esfera irregular y caótica que sin embargo es perfecta y armónica aunque estaba herido. Cientos, miles, millones de sentimientos se apean en cada estación tras el pitido de esa serpiente itinerante que camina

ONCE DE SEPTIEMBRE, poema de Cristina Peri Rosi

ONCE DE SEPTIEMBRE El once de septiembre del año dos mil uno mientras las Torres Gemelas caían, yo estaba haciendo el amor El once de septiembre del año dos mil uno a las tres de la tarde, hora de España, un avión se estrellaba en Nueva York, y yo gozaba haciendo el amor Los agoreros hablaban del fin de una civilización pero yo hacía el amor Los apocalípticos pronosticaban guerra santa, pero yo fornicaba hasta morir –si hay que morir que sea de exaltación– El once de septiembre del año dos mil uno un segundo avión se precipitaba sobre Nueva York en el momento justo en que yo caía sobre ti como un cuerpo lanzado desde el espacio me precipitaba sobre tus nalgas nadaba entre tus zumos aterrizaba en tus entrañas y vísceras cualesquiera Y mientras otro avión volaba sobre Washington con propósitos siniestros yo hacía el amor en tierra –cuatro de la tarde, hora de España– devoraba tus pechos tu pubis tus flancos hurí que la vida me ha concedido sin necesidad de matar a nadie Nos amábamo